Hacía tiempo que no salíamos a pintar la noche (un mes y medio, más o menos?) y la primera luna nueva de septiembre nos llamaba inconscientemente.
A pesar de haber salido cada uno por nuestra cuenta durante las semanas de vacaciones, había ganas de hacer una escapada nocturna para la asociación y así, volvimos a quedar Jorge, Fernando y yo. Parecemos gatos pululando en la oscuridad de la noche, bajo las estrellas. Ya nos hemos bautizado como el Comando Nocturno.
Pusimos rumbo a Buendía. A los pies del pantano, y dispersas entre el bosque de pinos, se encuentran talladas en las rocas de arenisca, algo más de una veintena de caras.
Yo ya había estado muchas veces, siempre de día, la primera vez que estuve había poco más de diez caras.
Un par de semanas antes había ido con Iván Sánchez, y pintamos algunas de las caras de la ruta. Jorge iba a venir también, pero al final, no pudo, y tenía esa espinita clavada.
Recorrimos el camino, admirándolas, pero sin pararnos demasiado. Teníamos poco tiempo y sabíamos exactamente lo que queríamos. La Calavera, al borde del pantano.
Llegamos hasta ella. El cielo, que había estado medio cubierto por nubes, se abrió, y nos brindó un espectáculo digno de admirar, con sus miles de estrellas sobre nuestras cabezas.
Teníamos la Vía Láctea justo sobre la calavera.
El lugar desde el que se puede fotografiar esta escultura es muy estrecho y complicado. El trípode apenas se puede montar, y no hay mucho espacio para moverse y maniobrar.
Empecé disparando yo, mientras Jorge pintaba la calavera con la linterna cálida, encaramado en lo alto de una roca.
Después disparó él, mientras pintaba yo, y luego le tocó el turno a Fer. Probamos diferentes encuadres, aunque por el poco espacio y la poca movilidad, no hay muchas opciones de encuadres diferentes.
El cielo comenzaba a cubrirse de nuevo con una capa espesa de nubes, y en un pis pás, no quedaban estrellas.
Antes de que se ocultaran del todo, nos dio tiempo a hacer un par de disparos más, a un árbol medio retorcido que hay justo debajo, donde ahora han colocado dos bancos hechos con troncos de arboles cortados, y al pantano con luces reflejadas en sus aguas, y las nubes teñidas por la contaminación lumínica de la presa del fondo.
Con el cielo cubierto ya por completo, nada podíamos hacer, asi que, volvimos a casa, ansiosos por volcar las tarjetas y disfrutar con los resultados obtenidos.
Y esta es nuestra colección de calaveras…..
Chicos!!! 30seg sin respirar!!! |